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El hórreo en Euskal Herria

Los hórreos de Aezkoa: “Vestigios de palafitos neolíticos como los que han sido estudiados más arriba, estos graneros sobre pilares han debido ser diseñados en una época donde la vida rural estaba enteramente dominada por el modo de vida pastoral arcaico, no jugando más que un papel secundario la agricultura. La habitación del campesino, adaptada únicamente al modo de vida pastoral, tenía el sitio justo para él, su familia y el ganado, de tal suerte que, si se quería tener en buen estado el poco grano que el incipiente modo de vida agrícola permitía recolectar y con el que él y los suyos debían subsistir todo el año, le hacía falta construir un granero especial. Pero en nuestros días, el aumento de la producción agrícola hace que estos graneros sean demasiado pequeños. Son restos de un estado de evolución del modo de vida agrícola hoy día superado en casi todos los lugares.”

Th. Lefebvre, 1933

Hórreo de Hiriberri, Aezkoa

Hórreo de Hiriberri, Aezkoa.
Foto: Jose Etxegoien.

Uno de los problemas principales a la hora de realizar una síntesis de historia, etnografía... de Euskal Herria es la extrema dispersión de los estudios. Y para el hórreo no es una excepción. Kobie, Anuario de Eusko Folklore, Cuadernos de Etnografía. “Temas vizcaínos”... la dispersión de los estudios del hórreo dificulta la realización de una síntesis. ¿Qué hacer? ¿Coger el coche e ir por toda la geografía a la búsqueda de esos pequeños estudios? ¿Dónde está la biblioteca nacional?¿Dónde la biblioteca nacional virtual?

Un país, un pueblo que quiere conocerse necesita síntesis, libros divulgativos, facilidades para investigar... El macho que utilizó Bonaparte para venir a estos valles pirenaicos hace 150 años a estudiar el euskara, parece que lo seguimos utilizando en el siglo XXI. Seguimos con trabajos de campo, vitales, con trabajos locales, imprescindibles... pero hay una falta total de síntesis para conocer nuestro pueblo, para construirlo.

Estudios del hórreo

La Primera Guerra Mundial quiso que Frankowski, etnógrafo polaco, tuviera que quedarse seis años en la península realizando el primer estudio del hórreo, y citando alguno vasco. Pero no fue hasta 1926-32 en que Jesús de Larrea comenzó el estudio del hórreo en Bizkaia. Por esa época Barandiarán o Lefevbre ya habían citado la existencia de alguno en Aezkoa, pero en Nafarroa no fue hasta los años 60, tras unas citas de Peña Basurto sobre Aezkoa, y de San Martín y Peña Santiago en Urraul Goiti, en que Fermín Leizaola realizó el primer estudio del hórreo aezkoano. Luego vendría el hórreo de Luzarreta, o el estudio del hórreo de Ballaz en Itzalle, de 1980. Y a nivel divulgativo está el clásico estudio de Caro Baroja, “Granaria sublimia” de 1972, y dos estudios zonales, para Bizkaia el de Balendin de Lasuen de 1989, y para Nafarroa el de 1996 sobre su arquitectura.

Los hórreos

La primera imagen que llega a la cabeza es su similitud con los palafitos, construcción sobre columnas que se utilizaban en zonas húmedas... que se expandieron por todo el Mediterraneo. En época romana, Varron hablará de los horreum que designaba al almacén en general: horreum vinaria, almacén de vino; horreum subterranea, almacén subterráneo; o el horreum pensilis, almacén colgado, también llamado “granaria sublimia”. Hórreo en castellano, orri en catalán u orru en bable, en asturiano. Y en euskara garea, gareia, garaixea o garaia...

El hórreo vasco se utilizaba para guardar el grano, lejos de roedores y de la humedad. Las columnas y las tornarratas, piedras circulares, impedían la subida de los roedores. En Aezkoa la parte baja servía de ongarritegi, para guardar el fiemo.

Detalle de la columna y tornarratas. Hórreo de Hiriberri

Detalle de la columna y tornarratas. Hórreo de Hiriberri.
Foto: Jose Etxegoien.

Hórreo individual, hórreo primicial. Por el uso se divide en dos tipos:

Este último tipo de hórreo, el primicial, era como el cofre del tesoro. En tierras pobres como el Pirineo navarro, era un pequeño supermercado del grano: cebada, avena, ordio, ezcandia, haba, comunia... En época de mala cosecha o de guerra, se convertía en el banco, para pago de tropas o de préstamo de la iglesia al pueblo, con buenos intereses.

Hórreo desparecido de Abaurregaina, Aezkoa. (hacia 1915)

Hórreo desparecido de Abaurregaina, Aezkoa. (hacia 1915).
Foto: Jose Etxegoien.

“Ez dago aukerarik”. Así parece que debió responder algún vecino de Igari-Igal, en Salazar. Aquel año de 1582 los del concejo descerrajaron el hórreo primicial que pertenecía al monasterio de Leire, dueño de la iglesia y sus primicias. El Obispado había aceptado las quejas del pueblo por la insuficiente paga del cura y ordenó a Leire que diera más grano para el sustento del párroco. Seguros de que el monasterio se haría el remolón en el pago, decidieron en batzarre cobrar el pago abriendo el hórreo a la fuerza. Cuentan que pasó mucho tiempo hasta la reconciliación de Igari y Leire.

Geografía del hórreo. Los hórreos son un reflejo de la arquitectura del entorno, y está claro que no tiene nada que ver un baserri de Durangoaldea con uno pirenaico. Los hórreos siguen esos mismos modelos. El de Bizkaia, tiene su fundamento en la madera y el navarro en la piedra.

Bizkaia. Los estudios hablan de la posibilidad de que en el siglo XVII hubiera más de 4.000 hórreos en este territorio. Hoy día se afirma haber restos o pruebas de 66. Lasuen en 1989 hace un listado de 17, y actualmente arreglados hay al menos dos, el citado de Ertzilla en Iurreta e Ibarguen en Etxebarria. En su mayor parte está construido en madera, y tiene un tejado de poca pendiente.

Gipuzkoa. el hórreo de Agarre en Bergara es el único que queda en el territorio. Restaurado y de gran calidad, sigue los modelos de Bizkaia.

Nafarroa. 15 de los 22 que quedan están en el Valle de Aezkoa. Seguimos la subdivisión realizada por Javier Amorós en una exposición que realizó en 1995 en el Museo de S. Telmo de Donostia:

Foto: Balendin Lausuen

Foto: Balendin Lausuen.

Para saber más:

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